‘Gritar’ es una canción hecha para exteriorizar la rabia y para reconocer que está bien sentirla.
Matiu Colin es un proyecto musical irreverente de la ciudad de Medellín. Es una búsqueda constante de la conexión que se da cuando se siente la música con el corazón. Integrado en la actualidad por Mateo Quintero (cantante y segunda guitarra) María Isabel Rodríguez (bajo y voces), Cristián Aguilar (baterías) y Santiago Rodríguez (guitarra líder), el grupo tiene como intención en su propuesta musical transgredir los géneros, volver a lo elemental de escuchar música por gusto propio y porque se siente por dentro. Es una propuesta que busca devolverle a la música el valor trascendental que tiene.
«La música sirve para reconectarnos con nuestra fuerza interior. A través de nuestras canciones, queremos decirle a la gente que pueden llegar tan lejos como su ímpetu se los permita. El mensaje que lleva nuestra música es «si tu corazón te llama, lánzate de cabeza, él te conoce», comenta el proyecto influenciado musicalmente por los sonidos clásicos de Medellín como I.R.A., Los Árboles y Mojiganga, todo esto mezclado con un rock más experimental, pasando por bandas como Pavement y Sparklehorse.
‘Gritar’ es el nuevo lanzamiento de Matiu Colin, una oda a la rabia. Es esa necesidad de desahogo hecha canción, es una liberación de energías que pueden ir en todas direcciones e incluso acabar chocándose, es ese llamado inicial a dejar el miedo y ser lo que queremos ser. Es una canción hecha para exteriorizar la rabia y para reconocer que está bien sentirla.
«Con este lanzamiento queremos dejar muy claro el cambio que hay en nuestro sonido como banda es un llamado de atención, un saludo demasiado efusivo», agrega el grupo. «En ‘Gritar’ nos damos la oportunidad de volver al «punk medallo» y abordarlo desde nuestra propia perspectiva, es más que nada eso, un volver a nuestra verdadera raíz», puntualiza.
El video de ‘Gritar’ contiene escenas conceptuales que fueron pensadas entre todos los integrantes de la banda. Situaciones cotidianas que, al verlas como un conjunto con la canción, dan a entender y tienen la intención de ver la rabia como «algo normal».